En primer lugar, se considera que las dificultades lingüísticas de comprensión y expresión en las lenguas del país, si existen, son fácilmente salvables gracias a la plasticidad neuronal propia de la etapa evolutiva de los niños. En segundo lugar, no se percibe la existencia de una presión explícita (ni social ni familiar) para la consecución de unos objetivos académicos que exigen un gran esfuerzo y dedicación, y se puede dedicar mucho más tiempo que en otras etapas a velar por los aspectos de socialización. Y en tercer lugar, también se cree que se produce una colaboración…