Disponemos de un bastidor con su urdimbre básica que dará cuerpo y cohesión; tenemos también elementos sencillos y bellos, de diferentes procedencias, texturas y colores. Tratados con mimo, constancia y delicadeza de acuerdo a sus características y posibilidades, se van entretejiendo hilos y materias según la propias combinaciones que vayan sugiriendo lo ya construido. Con el paso del tiempo, con el lento pero inexorable avance diario, el tapiz va ganando en volumen, en formas y en sutilezas.
Un bastidor sólido
Reflexionar sobre las relaciones en nuestras escuelas infantiles supone ob…