Cuando se promulgó la ley del deporte en el año 80 entre muchos de los objetivos que se planteaba esta ley, se incluyó la preocupación que mostraba la administración por la formación de los técnicos deportivos (art. 55).
Hasta entonces la formación de estos entrenadores dependía única y exclusivamente de las federaciones que eran las responsables de la organización de las actividades deportivas de su ámbito. Por tanto, cada organización federativa establecía el cómo, el cuándo, y el dónde se realizaban los cursos para la formación.
Esto daba, en consecuencia, una variabilida…