ENSEÑAR LENGUA Y LITERATURA EN EL BACHILLERATO

El objetivo de este artículo es realizar una primera aproximación al sentido y a las finalidades de la materia "lengua castellana y literatura" dentro del marco del nuevo bachillerato. Así mismo, se pretende analizar los cambios didácticos más relevantes que plantea la educación lingüística y literaria en esta etapa y los retos que dichos cambios suponen para el conjunto del sistema educativo.

Basta con hojear algún repertorio bibliográfico para percibir hasta qué punto el comentario de texto es una prácticanstalada en el quehacer docente y, pese a ello -o precisamente por ello-, supuestamente necesitada de la ayuda que continuamente pretenden aportar manuales, propuestas y métodos. Una simple mirada a cierta estantería doméstica me permite evocar esancesante búsqueda de una suerte de Santo Grial metodológico, a la que por lo visto no he sido capaz de permanecernmune. Ante tan vasta bibliografía -aunque quizá no excesivamente variada-, ¿qué decir de nuevo sobre el tema? ¿Qué aportar a una labor que, con mayor o menor fortuna y más o menos sistemáticamente, todos cultivamos? El propósito de estas páginas forzosamente limitado en sus pretensiones- no es otro que formular en voz alta alguna de las reflexiones y perplejidades de un "comentador docente de textos". Algo tendrán -tras no pocos años de práctica- de balance y aun de personal arreglo de cuentas. Pero lo que sigue también aspira a esbozar -si no una estrategia novedosa- cuando menos una nueva actitud a la hora de replantear una vieja eneludible práctica.

La relación entre la lingüística teórica y descriptiva con las habilidadesdiomáticas y comunicavtivas que constituyen el objeto básico de la enseñanza de la lengua materna es uno de los puntos que más fustración genera en los docentes. La ciencia lingüística en la que está formado el profesor se muestra eficaz en niveles de análisis relativamente desvinculados de las unidades con las que se debe trabajar cuando se busca la mejora de la competenciadiomática de los alumnos, pero no llega a ser una herramienta rigurosa justamente en los niveles de estudio más relevantes para este fin. Los contenidos de reflexión sobre el lenguaje deben modificarse entre puntos básicos: desarrollo de una teoría de la comunicación ambiciosa que dé orden a este bloque de contenidos: ubicación y definición correcta del análisi gramatical en el conjunto de la comunicación lingüística; y sistematización y ampliación de los bloques de semántica y pragmática, sin los cuales nunca habrá una continuidad entre el análisis oracional y el estudio del texto.

El estudio de la literatura en esta etapa debe partir de la consideración de materia común a todos los bachilleratos. La finalidad sería continuar la educación literarianiciada en la educación secundaria obligatoria, o sea, formar lectores en lanterpretación del texto literario partiendo de la revisión del concepto usual de historia de la literatura y canon literario para llegar a un planteamientonterdisciplinar de la literatura como discurso social en relación con la cultura audiovisual o cultura de masas. El objetivo final sería capacitar al alumno para comprender la plurisignificación de la obra literaria y el valor socialmente simbólico de la literatura.

En la primera parte de este artículo se explica en qué consiste la programación didáctica y quién es el responsable de ella. A continuación se reflexiona sobre las decisiones que ha de tomar un profesor o profesora acerca de los elementos de la programación: en primer lugar, sobre los criterios de organización y secuencia de contenidos que se deben tener en cuenta en el momento de elaborar una programación; en segundo lugar, sobre cómo se pueden presentar los contenidos organizados y secuenciados; a continuación, sobre los objetivos didácticos como un elemento más de la programación y, por último, sobre las actividades, la parte práctica de una programación didáctica.

En la primavera de 1997 moría en Sao Paulo, Brasil -su país natal-, Paulo Freire, el educador que pasará a la historia como el máximo representante de la pedagogía de la liberación, una concepción del proceso educativo diametralmente opuesta a las concepciones tecnocráticas que tanto hannvadido el terreno de la enseñanza. Para Freire, la educación es parte de la vida, nos ayuda a entenderla y, sobre todo, tiene que ayudar a cambiarla al hacer que los más desfavorecidos puedan adueñarse de su propio futuro. El educador brasileño abogó siempre por una pedagogía comprometida,deológica y políticamentemplicada en la consecución de la autonomía y la libertad. El texto que reproducimos aquí fue leído en la apertura del Congreso Brasileño de Lectua (Campinas, Sao Paulo, noviembre de 1981). En él defiende una visión de la lectura que sea una continuación de esa "lectura del mundo" que, desde lanfancia, nos permite construirnos como seres sociales a través del conocimiento de nuestro entorno. Profundamentemplicado en las campañas de alfabetización de diferentes países latinoamericanos y africanos, entendía el aprendizaje de la lectura y la escritura como un procesontimamente ligado al mundo de los alfabetizados, como unnstrumento de crítica y liberación en el que el verdadero sujeto es quien aprende. Lejos de las prácticas meramente mecánicas del "ba-be-bi-bo-bu", como él mismo dice, Freire defiende la actitud creadora en la quien enseña ayuda, orienta, a ese "sujeto" verdadero que se adueña críticamente de su destino.