La audición musical

El artículo analiza los diversos componentes que conforman los programas de los conciertos, los cuales deben ser tenidos en cuenta para una mayor valoración objetiva así como para un mayor disfrute de los mismos. Considerando que no hay dos acontecimientos iguales, la capacidad de juicio basado en ideas claras debe ser flexible.

La audición musical es un fenómeno complejo, por un lado debido a su propio mecanismo, que recurre a numerosas y rapidísimas conexiones cerebrales y por otro debido a la diversidad de funcionamiento entre un individuo y otro (músico o no).Este artículo no tiene como meta reseñar una memoria científica sobre este espinoso tema, sino que se limita a relatar la experiencia del autor a la manera de las «ciencias de observación» del siglo xix.
Reflexiona en primer lugar sobre el propio oído, porque dice conocerlo al fin y al cabo mejor que los otros, y a continuación ilustra sus postulados a través de numerosas situaciones vividas en tanto que director, profesor o autor de textos de exámenes. Considera el «oído ideal» una búsqueda permanente y quimera de todos aquellos músicos que se dedican a la enseñanza.

Al igual que pronto diferenciamos colores y formas a través de los ojos, el oído se encarga de descubrirnos el entorno sonoro, además de participar en el proceso de emisión de sonidos: hablar, cantar, silbar. En los últimos ocho años, hemos tratado de organizar el trabajo de los sentidos, entre ellos el que nos ocupa, en su doble faceta que nos permite «audir» y escuchar.

Este artículo se propone dar un repaso a lo que el entorno sonoro supone para la sociedad, y sobre todo para el colectivo escolar. Se mencionan temas como la contaminación acústica, los problemas derivados del inadecuado (casi siempre inexistente) acondicionamiento acústico de los centros docentes, y de algunas experiencias y trabajos en la línea de aprender a oír y a escuchar. También es una invitación abierta a todos para que ejerzamos el derecho a mejorar nuestra sonosfera.

El sonido es el elemento esencial en nuestro desarrollo como Individuo. La música, dotada esencialmente de este elemento, será quien permitirá a través de su empleo conseguir que los deficientes auditivos superen o mejoren su deficiencia al agudizar sus restos auditivos, mejorando aspectos tan relevantes como el lenguaje, su personalidad, su afectividad, entre otros muchos aspectos.

El desarrollo musical pone en ¡uego tres tipos de competencias: de recepción, escuchar y entender desde la audición diferentes obras musicales; de interpretación, ejecutar melodías y canciones vocal e instrumentalmente y de producción, crear melodías y microformas tanto vocales como instrumentales.
Escuchar es encontrar sentido a las relaciones sonoras presentes en una obra musical.
Comprender el discurso musical, dada su variedad, requiere extraer desde la audición patrones, modos de organización, sucesiones reiteradas, desarrollos temáticos, etc.
Un camino para facilitar el acceso a la audición significativa consiste en descubrir en los repertorios musicales elementos discursivos claramente distinguibles y utilizarlos como «mojones» en el camino de la audición del fragmento u obra elegida.
Se consideran atributos críticos de la audición musical su carácter reiacional, sincrónico, reversible, predictivo, acumulativo y jerárquico.
La audición musical puede concebirse como un modo múltiple y simultáneo de procesamiento de la información. Requiere escuchar, formar una representación mental de lo que se está escuchando, predecir cómo va a seguir el discurso musical, comparar con lo que realmente sucedió mientras se sigue escuchando.
Como actividad metacomponencial pone en juego habilidades y disposiciones de alto orden que integran la reflexión, el pensamiento constructivo, la actitud significativa y la persistencia en la atención.

La promulgación de los decretos de enseñanzas mínimas y los correspondientes decretos emanados de las comunidades autónomas con competencias plenas evidencian un preocupante olvido de los contenidos actitudinales en los currículos de la enseñanza reglada de música de régimen especial, en los grados elemental y medio. Sólo una decidida actuación de los propios docentes puede paliar esta carencia de los currículos obligatorios.

En este artículo se describe una actividad escolar (realizada desde la clase de música de un colegio público de primaria) consistente en el traba¡o con canciones de moda utilizando como punto de partida los videoclips que sirven para promocionarlas. A partir de este material se realizan actividades de audición activa enriquecidas con otras de indagación y expresión. El proceso culmina con la realización de un videoclip en clase. El autor sitúa esta actividad (enmarcada en un proyecto de innovación más general) en el contexto de la audición activa moderna.

Los contenidos histórico-musicales deben ser presentados en el cuarto curso de la ESO desde un punto de vista práctico, apoyado por material didáctico y planteamientos teóricos. El canto llano y su posterior evolución resulta de difícili comprensión por parte del alumnado, por lo que debe ser presentado de una forma eminentemente lúdica, con conceptos claros y breves, apoyados por audiciones, apuntes y práctica.

En el artículo se expone la experiencia de diseñar e interpretar un concierto didáctico para el nivel de educación secundaria desde la perspectiva de una profesora de música de dicho nivel educativo, quien elaboró el programa y los materiales didácticos de referencia, presentó el concierto desde el escenario y participó también como intérprete musical.

Los ejercicos están basados fundamentalmente en la transformación del sonido o de sus parámetros en palabra, dibujo y movimiento, medios de expresión que pueden ser más inmediatos y representan con claridad las variaciones del sonido y de todos los factores que lo constituyen. Son aplicables a todos los niveles de la enseñanza y también a otros instrumentos. Se insiste en la necesidad de desarrollar el control consciente del sonido como medio para superar las dificultades del aprendizaje.

La experiencia presentada es una apiicación pedagógica de la tradicional baraja de cartas españolas a los parámetros del sonido. Se intenta ayudar a los estudiantes de educación secundaria a aprender y utilizar los conceptos básicos del lenguaje de la música.
La baraja del sonido consiste en 40 cartas (las mismas que en la baraja española) cuyos cuatro palos tradicionales responderán a cada uno de las cuatro cualidades: tono, altura, intensitdad y timbre. Cada una de las 10 cartas que pertenece a cada palo/cualidad representa a los conceptos que definen su cualidad, el fenómeno físico que producen y los elementos del lenguaje musical en el que son expresados.