Narrativa de tradición oral

El proyecto y programa ""Filosofía para Niños"" aparece en Estados Unidos a finales de la década de 1960, y parte de la constatación de que no es posible conseguir sociedades verdaderamente libres y solidarias si no se consigue que las personas sean capaces de pensar por sí mismas en el marco de un proceso solidario y cooperativo de discusión. El programa de filosofía para niños, frente a aquellos modelos que conciben la educación como una iniciación a la cultura y creen que la persona educada es un individuo ""instruido"", pretende una educación que anime y permita a los niños y niñas pensar por sí mismos desde sus propios elementos significativos. No debe ser el niño asimilado por la cultura, sino ser él quien asimile la cultura de una manera autónoma, crítica y creativa.

El grupo educativo Pitágoras y el IREF (Institut per la Recerca de l'Ensenyament de la Filosofía), ambos con más de una década de experiencia en el proyecto ""Filosofía para niños y niñas"", se unieron para concretar este proyecto. Este programa va a los niveles más elementales partiendo de una máxima muy simple: los niños, desde muy pequeños, piensan y hablan. Entonces, ¿por qué no idear un proyecto que tenga como fundamento el hablar y el pensar? Lo que podemos y queremos hacer es ayudarles a mejorar esas capacidades, utilizando una metodología y una disciplina adecuadas para tal fin fin. Contribuciones importantes que la filosofía puede ofrecer a la educación, puesto que para esta disciplina el método es también contenido. No queremos que los niños sean filósofos, pero sí que sean mejores personas y mejores ciudadanos. Y poder ejercitar el pensamiento es una condición necesaria para esta mejora que pretendemos alcanzar. Pero, ¿cómo desarrollar la capacidad de pensar de niños y niñas tan pequeños y tan necesitados de lo ""concreto"", si el pensamiento parece ser algo tan invisible y tan abstracto? Para ello debemos tener presente la estrecha e intrincada relación entre pensamiento y lenguaje.

El proyecto Philosophy for Children (P4C), o ""Filosofía para Niños y Niñas"", en español, y en catalán, ""Filosofia 6/18"", es un proyecto educativo creado por Matthew Lipman en la década de 1970, en Estados Unidos, que actualment se imparte en más de 50 países. Se trata de un proyecto que concreta el deseo general de enseñar a pensar y se enmarca dentro de la tradición anglosajona del pensamiento crítico. Se nutre de la historia del pensamiento, especialmente de la filosofía contemporánea, y recoge y aplica los trabajos recientes de lingüística, psicología cognoscitiva y psicología infantil.

Durante el curso 1996-1997 se empezó a oír hablar del proyecto de ""Filosófía 6-18"". Éramos maestros y maestras de parvulario y, por tanto, nuestros alumnos no estaban incluidos en este grupo de edad, mas en seguida nos interesamos por el proyecto en su globalidad y nos entusiasmamos con la idea de trabajar con los más pequeños el programa de filosofía ""Tot pensant"" (""Pensando""), que por entonces estaba en fase de experimentación. Era una propuesta que nos llegaba desde el IREF (Institut per la Recerca de l'Ensenyament de la Filosofía), un documento que recogía los aspectos teóricos y la argumentación del proyecto, con orientaciones y propuestas de actividades que había que trabajar y adaptar a nuestra realidad; se trataba, entonces, de empezar y de ir dando forma a la actividad mientras ésta avanzaba, dejándonos guiar mucho por la respuesta de los niños que, inicialmente, era poco previsible. Hacer ""filosofía"" con niños de P5 era un reto, y, a pesar de nuestras expectativas y nuestro entusiasmo, había que comprobar si lo superaríamos.

En la línea de hacer filosofía en la escuela está la actividad sugerida meses atrás por compañeras de l'École Fondamentale de Mons (Bélgica), con la cual (más una italiana y una escocesa) realizamos un proyecto Comenius: ""Filosofía y arte contemporáneo europeo"". Antes de ello, las cuatro escuelas ya participábamos desde hace años en el proyecto internacional ""Philosophy for Children"" (""Filosofía para niños""), que en Cataluña y Baleares, coordinado por el IREF (Institut per la Recerca de l'Ensenyament de la Filosofia), toma el nombre de ""Filosofía 6-18"".

La experiencia didáctica que venimos a contaros brevemente, en el espacio de esta aula abierta, tiene que ver con nuestra implicación (hace ocho años ya) en el programa ""Filosofía para Niños"" y en la asociación del mismo nombre, desde la que trabajamos en programas de formación del profesorado con diferentes CEP y CRA de la provincia de Albacete, y, en nuestro centro, con la participación en grupos de innovación educativa y en programas de carácter europeo como es el caso de los proyectos Comenius.

Cualquier intento de aproximación al sistema educativo ha de considerar necesariamente que éste adopta una configuración específica vinculada al medio en el que se inscribe y de la cual surgen problemáticas diferenciadas. Así, se puede afirmar que las realidades que cotidianamente se denominan como ""rural"" o ""urbana"" confirman de modo evidente esta hipótesis de partida y que nos proporcionan, además, un parámetro privilegiado para analizar la educación infantil.

Reflexionar sobre la situación de la educación primaria en la escuela rural implica pensar en varios modelos básicos de escolarización y de atención a los alumnos y alumnas rurales; y ello no es un trabajo fácil, sobre todo si tenemos en cuenta las distintas realidades educativas con las que nos encontramos, actualmente, en el contexto rural español.

En la actualidad, a un año del inicio del nuevo milenio, la educación secundaria en el medio rural adolece de importantes disfuncionalidades y desajustes con las necesidades del entorno. La LOGSE y la política educativa rural posterior no parece haber satisfecho las necesidades y expectativas de las diversas zonas rurales españolas. No ha servido para conseguir la reconstrucción del subsistema educativo rural propio de los tiempos que vivimos y terminar con la discriminación, marginalidad y déficit histórico. Esto se constata con la observación de la permanente movilización de la población rural y comunidades educativas en defensa de la permanencia o puesta en funcionamiento de servicios educativos, en especial de la ESO, en sus zonas o localidades.

A pesar de que en las dos últimas décadas las distancias (tanto físicas como socioculturales) entre el medio rural y el urbano se van acortando sensiblemente, y de que cada vez es más difícil encontrar diferencias significativas entre las formas de vida en ambos medios, en las aldeas gallegas ser niño conlleva una serie de experiencias y oportunidades bien diferentes a las de vivir la infancia en un medio urbano. Los programas de atención a la población rural de edad infantil no escolarizada, como es el caso de ""Preescolar na casa"", cobran una especial relevancia para garantizar dos principios educativos fundamentales asumidos por la reforma: igualdad y diversidad.

El artículo expone una experiencia personal sobre la escuela rural. El medio rural al que me refiero y en el que está mi escuela es una población de 4.000 habitantes, situada en la falda de la Sierra de Guadarrama, a 1.150 metros de altitud, y unida con Madrid por una línea regular de tren y otra de autobuses... y, ""comunicada"" con el mundo por la televisión, que abre un gran abanico de posibilidades para conocer lo remoto, pero cierra bastantes para conocer lo próximo. Los valores ""paraurbanos"" que transmite la televisión, miedo a que los niños salgan solos, la ""necesidad"" de desplazarse en coche, aunque las distancias sean mínimas, hacen que los niños y niñas pasen mucho tiempo en casa y no anden por el pueblo ni por sus alrededores.

La dificultad para establecer comunicación con otros centros de similares características es, quizás, uno de los mayores problemas con que nos encontramos en los centros educativos localizados en zonas rurales. En las ciudades no resulta excesivamente complicado realizar jornadas de convivencia entre el alumnado de diferentes colegios, intercambiar experiencias, realizar proyectos conjuntos, etc. Estas actividades son casi imposibles en los pueblos de nuestra comunidad. Uno de los objetivos que pretendíamos cuando comenzamos a trabajar en este proyecto era el poder mejorar las comunicaciones entre las distintas escuelas que componen un CRA y establecer lazos entre los diferentes centros educativos que comparten estas especiales circunstancias. De este modo, se nos ocurrió que una de las maneras era conocer aquellos programas de chat, videoconferencia y sonido existentes en Internet para utilizarlos como un medio más de comunicación. A continuación presentamos una de las prácticas realizadas.

Es importante no tomar la escuela como algo ya asentado; es necesario no habituarse a la ley de la gravedad conforme vamos dando nuestros años a la escuela. Considero que los niños y niñas de educación infantil esperan algo diferente cada día porque el mundo no se ha convertido para ellos en algo habitual, sino que lo están descubriendo y tienen una increíble capacidad de asombro, de la que hay que dejarse contagiar.