Participación de la infancia

Esta obra coral busca impulsar el reconocimiento y la valoración de la participación ciudadana de los niños y adolescentes en la sociedad, con el objetivo de construir un presente más inclusivo y participativo.

Entendemos la participación de la infancia desde una perspectiva multidimensional: no solo como un derecho sustantivo y un motor de desarrollo individual y social, sino también como un eje esencial para la formación de una ciudadanía activa, como un ejercicio cívico-político y como una experiencia comunitaria, asentada en una metodología de trabajo colectivo. La infancia participa desde diferentes intensidades de implicación en espacios vivos que se autoconstruyen sobre la base de la misma participación, deliberación y liderazgo, con la voluntad de contribuir a una causa a partir de la corresponsabilidad. Este capítulo aporta claves al enfoque de la participación de la infancia que han emergido en el ámbito de la investigación colaborativa, en diálogo con figuras técnicas municipales, cargos electos y referentes infantiles de consejos municipales. Estos avances han de repensarse e implementarse a partir de un trabajo colaborativo de carácter inclusivo que busque innovaciones e implique a la infancia como un agente fundamental e imprescindible.  

La promoción de la participación infantil requiere de estrategias que posibiliten la transformación de las relaciones de dominación etaria y la concepción de sociedades y estructuras políticas y comunitarias adultocéntricas. En este capítulo se pone en valor la coordinación, conexión y cooperación entre diversos agentes municipales y comunitarios mediante el trabajo en red intermunicipal de la Red de Infancia y Adolescencia (RIA) y el trabajo en red intramunicipal de las Comisiones de Participación Infantil y Adolescente (COPIA) del Ayuntamiento de Madrid. Estos dos ejemplos muestran las ventajas del trabajo en red para potenciar espacios de participación infantil mediante el intercambio de experiencias, la articulación de estructuras participativas (inter e intra) municipales de continuidad o la incidencia en políticas de infancia. Del mismo modo, nos muestran las dificultades que deben afrontar: entre ellas, medir el impacto de las actuaciones del trabajo en red, la organización jurídica de una estructura supramunicipal o la carencia de una cultura política que incluya de manera transversal la participación de las infancias.

Este capítulo ilustra el proceso secuencial a seguir para el diseño y desarrollo de talleres participativos en el campo profesional, concretamente en el ámbito municipal, a fin de indagar y analizar una temática de interés junto con los agentes implicados. La propuesta de talleres que protagoniza este capítulo apuesta por el encuentro reflexivo como un espacio para fortalecer la capacidad profesional ante el compromiso, en este caso con la infancia. Tras una breve contextualización de las finalidades de los talleres participativos y presentar el marco de investigación que acoge esta experiencia, se muestra el desarrollo de la misma mediante una reflexión en torno a la secuencia de talleres participativos que se ha realizado. Asimismo, se señalan aquellos elementos que han orientado los momentos previos, sincrónicos y posteriores de cada una de las sesiones, con la voluntad de favorecer aquellos contextos y escenarios que busquen e implementen estrategias de reflexión y deliberación interdisciplinar de carácter colaborativo y propositivo.

El objetivo de este capítulo es poner en valor la técnica de los talleres participativos como estrategia de capacitación y desarrollo profesional tanto para equipos técnicos municipales como para quienes asumen responsabilidades políticas a nivel local coordinando y liderando programas y acciones para promover la participación infantil. En este sentido, los talleres participativos permiten generar un conocimiento cooperativo que brinda a las entidades locales incidir en su territorio con nuevas estrategias e ideas para consolidar, reformular o innovar en materia de participación infantil. Al respecto, se describe una propuesta que pueda orientar el diseño e implementación de estos talleres a partir de tres principios: (co)-diseño, (co)-evaluación y (co)-difusión, y ocho acciones estratégicas. La naturaleza «participativa» de los talleres hace que el conocimiento que emerge sea situacional, colaborativo, experiencial y rizomático.

El concepto «ciudad» goza de gran centralidad en las principales propuestas pedagógicas que asumen el reto de garantizar la participación infantil a nivel municipal. Aunque se emplea como término paraguas para englobar la diversidad de demarcaciones territoriales, lo cierto es que a lo que no se nombra se le resta visibilidad. En concreto, los autores de este capítulo centran su mirada en el ámbito rural. A través de la experiencia de tres municipios gallegos referentes en participación infantil (Moeche, Tomiño y Teo), y teniendo en cuenta las condiciones particulares de estos contextos, se identifican los elementos diferenciadores en relación con los aprendizajes, estrategias organizativas, oportunidades o dificultades para garantizar la participación infantil inclusiva, atendiendo a factores asociados a su carácter rural. Como ejemplo, se analizan tres buenas prácticas desarrolladas por las niñas, niños y adolescentes en torno a problemáticas que vivencian y les preocupan en sus realidades cotidianas, poniendo el foco en las formas de participación generadas. Se evidencia que implicar a las infancias y adolescencias en los gobiernos rurales gallegos es sinónimo de garantía de futuro en términos de consolidación de población, así como de renovación pedagógica e inclusiva de la gobernanza municipal.  

En este capítulo se describe el contexto y los marcos normativos que orientan las políticas de participación infantil municipales. El objetivo es presentar la trayectoria de los quince municipios estudiados en este ámbito de las comunidades autónomas de Andalucía, Catalunya, Galicia y Madrid hasta el momento actual; explorar el valor que se le da a la participación de niñas, niños y adolescentes y las razones para impulsarla; y analizar la mirada y el marco regulador desde donde el gobierno local afianza su modelo de gobernanza en materia de participación y ciudadanía de la infancia, así como identificar los soportes en los que se apoyan para promoverla. Estas dimensiones de análisis se describen en clave práctica, desde los «cómos» y estrategias que se desarrollan para su gestión en los municipios analizados, hasta el esbozo de retos y propuestas comunes que se han identificado para avanzar en políticas y gestión de la participación de la infancia en el plano local.

Las representaciones sociales son aquellas «miradas en torno a» que, en mayor o menor medida, compartimos como sociedad en un momento sociohistórico determinado. En este capítulo, se abordan, por un lado, las representaciones sociales que han compartido niñas, niños y adolescentes organizados y no organizados sobre el concepto de participación y, por otro, las miradas del personal técnico municipal, cargos electos y dinamizadoras y dinamizadores de consejos de infancia y adolescencia en torno a los conceptos de infancia y adolescencia, ciudadanía de la infancia y participación de la infancia. Sus relatos evidencian que, en muchos municipios, los imaginarios compartidos se orientan hacia el reconocimiento y la inclusión real de niñas, niños y adolescentes como ciudadanía activa en el momento presente. Asimismo, al final del capítulo se formulan una serie de orientaciones clave, a modo de síntesis propositivas, para incidir en la reflexión y construcción de representaciones sociales no adultocéntricas, con perspectiva de derechos de la infancia y la adolescencia y fundamentadas en una participación auténtica y significativa de los más jóvenes en sus municipios.

Los niños, niñas y adolescentes se implican en prácticas participativas que se dan junto con otros agentes de interlocución que abordan temáticas de interés para el municipio, desde la autogestión y liderazgo colaborativo por parte de ellas y ellos. Estas prácticas son escenarios de oportunidad para la cogobernanza con trascendencia, transformación y desarrollo comunitario. El capítulo aporta once elementos que caracterizan estas prácticas como oportunidades que devienen significativas y genuinas. Asimismo, describe diversas propuestas y estrategias que facilitarían procesos de innovación para potenciar pilares pedagógicos que garantizan una participación significativa de la infancia en los municipios. Entre ellas, destacan: dar estabilidad a las políticas de participación de la infancia; mapear prácticas; codiseñar iniciativas con las infancias; incrementar formas de interlocución; definir un ideario referencial; y visibilizar el consejo de participación y otras iniciativas.

El carácter inclusivo de la participación infantil y juvenil en los municipios constituye uno de los principales retos a conseguir si se quiere seguir avanzando hacia democracias comunes y no excluyentes. A partir de un análisis de la situación que se experimenta en los municipios, se presenta en este capítulo una aproximación a la percepción que figuras técnicas, figuras políticas y niñas, niños y adolescentes tienen sobre las oportunidades que ofrecen para una participación inclusiva, así como las prácticas que se reconocen como facilitadoras y promotoras de la inclusión, y aquellos desafíos identificados para seguir mejorando en esta línea. Se constata que intentar facilitar el acceso de distintas infancias y su presencia no garantiza la plena inclusión. Para poder conseguirlo, es fundamental que desde los municipios se promuevan medidas de sensibilización y formación, de difusión de las iniciativas e identificación de participantes desde diferentes territorios y realidades culturales, con diversidad funcional, activando, además, medidas de adaptación y acompañamiento. Asimismo, como desafíos más significativos se plantea disponer de más espacios que permitan participar de manera transversal, a partir de estrategias, normativas y otras actuaciones que políticos, técnicos y niñas, niños y adolescentes pueden desempeñar.

Planteamos esta pregunta en un encuentro participativo con niños y niñas para poder identificar cuáles son los retos que este colectivo considera primordiales para avanzar en la participación infantil en sus municipios. En primer lugar, pudimos compartir algunas propuestas que previamente habían trabajado en sus grupos de participación, espacios en los que se reúnen para tratar temas de la ciudad, los cuales, como ciudadanos, les afectan. Proseguimos con un espacio de debate, en el que participaron más niñas, niños y adolescentes que son miembros de otros grupos de participación, cuyas intervenciones sumaron nuevos elementos a la lista de retos de la participación infantil en los municipios. Las múltiples aportaciones que compartieron en el encuentro coinciden en la importancia de aumentar las oportunidades de participación, reivindicando la escucha activa por parte de los adultos, la implicación de la infancia en la vida cotidiana del municipio y en todos sus contextos, desde la escuela al municipio. Asimismo, reivindicaron la participación infantil en la creación de políticas y el liderazgo infantil en sus espacios de participación, destacando la importancia de involucrar a los jóvenes que han formado parte de los grupos de participación en la dinamización de los Consejos de Infancia y Adolescencia.

La ciudadanía reclama, cada vez más, una participación más directa en las decisiones que le afectan; solicita tener voz y ser escuchada. A ello se suma que los gobiernos locales se enfrentan a problemas cada vez más complejos, cuyas respuestas requieren de la cooperación y de la inteligencia colectiva.
En este contexto, se hace necesario abrir los procesos de toma de decisiones a la ciudadanía y avanzar hacia un modelo de democracia más deliberativa. A su vez, a través de la participación ciudadana se regenera el compromiso y la responsabilidad cívica y se refuerza el sentimiento de pertenencia a la ciudad.
Abordar de manera conjunta los problemas y necesidades permite a las instituciones y a las personas crecer juntas en la diversidad y ofrecer respuestas más sostenibles a los problemas. Además, estas experiencias participativas desencadenan procesos de aprendizaje que mejoran las capacidades de los gobiernos locales, al tiempo que forman a las personas implicadas como miembros de una comunidad.
Formar una ciudadanía activa, crítica y corresponsable es primordial para las Ciudades Educadoras. Una ciudadanía de estas características no se improvisa.  Para instaurar los cambios necesarios en la gestión municipal, generar oportunidades de formación en prácticas de participación y crear espacios de experimentación para que se dé la práctica ciudadana se requiere de determinación y recursos.

El ámbito local es la administración más cercana para los niños, niñas y adolescentes. Hacerles partícipes del entorno en el que viven es una de las claves de una Ciudad Amiga de la Infancia. Supone, además, que las entidades locales conozcan la situación en la que viven los más jóvenes en el territorio, planifiquen y realicen seguimiento de las acciones considerando el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño. El compromiso de escucha y el fomento de una ciudadanía activa debe ser asumida por los tomadores de decisiones. El derecho a la participación debe entenderse desde un enfoque de proceso, de aprendizaje y de real contribución a las políticas locales por parte de la infancia y la adolescencia. Esta iniciativa de Ciudades Amigas de la Infancia trasciende nuestras fronteras, ya que se impulsa en más de cuarenta países a nivel internacional.